“Pero un samaritano, que iba de camino, vino cerca de él, y viéndole, fue movido a misericordia; y acercándose, vendó sus heridas, echándoles aceite y vino; y poniéndole en su cabalgadura, lo llevó al mesón, y cuidó de él. (Lucas 10:33-34)”
El día de hoy me gustaría empezar haciéndole una pregunta, ¿cómo está su corazón? Es tremendo escuchar el testimonio de muchas personas que se sienten muy lastimadas por diversas situaciones. Estas situaciones producen heridas profundas, si no se tratan de forma adecuada pueden convertirse en grandes resentimientos, odios y prácticamente consumir la vida de una persona.
Recuerde lo que dijo el proverbista: “Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón;
Porque de él mana la vida.” (Proverbios 4:23).
Lo que sucede al interior determina todo lo demás. Si usted ha estado buscando sanar sus emociones, obtener liberación o sentir paz interior en este blog me gustaría dejarle algunos consejos qué podrían ayudarle.
1. Determinar a perdonar. Las heridas más profundas siempre son producidas por las personas más cercanas. La falta de perdón es la causa más grande para las heridas del alma. Recuerde que el perdón no es una emoción sino una determinación. Si usted quiere ser sano, desate perdón sobre todos los que lo han herido.
2. Acepte la ayuda del Señor. El Señor es ese buen samaritano que se acerca a nosotros con amor para cuidarnos y vendar nuestras heridas. Pero necesitamos tener una disposición para recibir la bendición. Algunas personas están tan heridas que simplemente no creen que nada pueda ayudarlos o se dejan llevar por el resentimiento y actúan con orgullo. El Señor está ahí dispuesto, solamente reconozca su condición y acepte el consejo.
3. Ore aplicando el poder de la Sangre de Jesús. El buen Samaritano usó dos elementos para curar las heridas del hombre herido. Aceite y Vino. El vino hace referencia al poder de la Sangre de Jesús, esta es la medicina para las heridas del alma. Me gustaría invitarlo a que pueda descargar los recursos gratuitos que tenemos para enseñar a orar correctamente aplicando la Sangre de Jesús. Puede encontrar la guía de oración haciendo clic acá.
4. Tenga tiempos de calidad con el Espíritu Santo. El aceite hace referencia a la unción del Espíritu Santo. Recuerde que Jesús mismo lo describió como el Consolador. Apreciado amigo, el Espíritu Santo es el ÚNICO que conoce lo más íntimo de nuestro ser y que sabe cómo suplir cada necesidad.
5. Participe de una célula y busque consejo de su líder. Muchas personas creen que la historia del buen samaritano termina allí, pero note que al final dice que “lo llevó al mesón y allí cuidó de él”. El lugar donde el Señor cuida de nosotros es en una célula, solamente allí podemos recibir la porción de la Palabra cada semana y tener contacto además el apoyo de un líder que puede guiarnos por el camino correcto y estar pendiente de nuestro crecimiento.
Los procesos de restauración, liberación y demás solamente se pueden llevar cuando hay un liderazgo cercano. Pero sé que el anhelo del corazón de Dios es que usted pueda encontrar esa verdadera paz que solamente se encuentra en Jesucristo.
Espero que estas palabras le hayan ayudado a encontrar dirección y consuelo.
Dios lo bendiga grandemente,
César Castellanos