No cabe duda de que la familia está bajo ataque, hoy más que nunca podemos ver cómo los hogares de la sociedad se desmoronan; los divorcios aumentan, muchos niños crecen sin padres, o con padres ausentes y muchas personas, aún dentro de la iglesia no saben como tener un hogar estable y una familia rendida al servicio de Dios.

A diario recibo cientos de solicitudes de personas, o parejas que desean ver un cambio en su hogar, y que necesitan un buen consejo, es por eso que este blog vamos a tratar de responder a algunas de las preguntas más frecuentes relacionadas a la consejería matrimonial. Eso sí, sin importar cuál sea su situación, recuerde: La intención de Dios es redimir matrimonios y familias y restaurarlos a su plan original.

Preguntas y Respuestas

1. “Siento que en mi hogar ya no hay comunicación, sólo tareas por realizar y un día a día que muy poco tiene de armonía  y calor de hogar ¿qué podemos hacer para cambiarlo? 

Esto es una situación muy común dentro de los hogares cristianos y se define como monotonía.  Es algo que sucede con el tiempo, cuando se han perdido los lazos de amistad y la intencionalidad. Mi consejo es que puedan hablar como pareja y que desarrollen algunos hábitos que les ayuden a fortalecer los vínculos del amor y la amistad. Por ejemplo, junto con mi esposa, siempre compartimos el primer momento en la mañana y somos muy intencionales en tener espacios para estar juntos, citas como parejas. También es importante hacer cosas que rompan esa monotonía, tener un detalle con el cónyuge, llenar el día de palabras de amor, pequeños detalles que hacen la diferencia.

2. Hemos tenido muchos problemas a causa de deudas, quiebras financieras en general escasez, al punto de perder el respeto y pensar en la separación. ¿Qué puedo hacer para salvar mi matrimonio?

Los afanes de las finanzas siempre suelen ser uno de los mayores obstáculos dentro de las familias. Al respecto, me gustaría aconsejar tres cosas:

-Busquen ayuda financiera. Muchos de estos problemas nacen de deudas, malos hábitos o incluso ataduras espirituales. Si usted es abierto con su pastor, de seguro este le dará herramientas que le ayudarán a entender que los problemas financieros siempre se pueden solucionar con principios correctos, orden y trabajo. Esto le ayudará a tener un plan para salir de deudas y sentirse más tranquilo.

-Pidan perdón. Sería muy valioso que ambos reconozcan que han perdido el respeto el uno por el otro, que pidan un genuino perdón y que se comprometan a no permitir que los problemas estén por encima del amor.

-Aferrense a los principios de la Palabra. La Palabra enseña que mejor son dos que uno porque reciben mejor paga de su trabajo y porque si uno cae, el otro puede levantarlo, también hay incontables promesas y principios respecto a la prosperidad; nunca dejen de diezmar, sean generosos aún en tiempos difíciles, busquen un rhema y confíen en el Señor más que en sus propias fuerzas. 

3. Como padres hemos procurado servir al Señor y ser buenos cristianos pero no hemos visto que nuestros hijos quieran estar en la iglesia o sus actividades, ¿qué debemos hacer?

Es importante recordar que nuestro ministerio es la familia y debemos esforzarnos mucho para levantar hogares sacerdotales.

– El primer consejo que daría a los padres es que se esfuercen por ser verdaderos amigos de sus hijos. Actualmente, los hijos se levantan desde muy temprano, salen al colegio, llegan tarde y cansados a hacer deberes, ver un poco de televisión y dormir. Esto rompe el vínculo de amistad con los padres y evita que los padres puedan tener suficiente influencia sobre ellos. Esfuércese por tener tiempos de calidad con ellos y por ganarse su amistad.

Conéctelos con las personas correctas. Es muy importante que busquemos dentro de la iglesia a otras familias que tengan intereses similares a las nuestras. Debemos promover actividades para que nuestros hijos conozcan personas de su edad con las que puedan compartir su tiempo, pero que sobre todo tengan principios correctos. Estos lazos los acercan a la iglesia, a una célula, pero sobre todo, tener amigos correctos les guardará de forma sobrenatural.

-Paguen el precio en intercesión. Mi esposa ha compartido en numerosas ocasiones como tuvo noches de oración por cada uno de nuestros hijos. Recuerde que nuestra batalla no es contra carne y sangre, sino que todo se gana espiritualmente. Pero hay que ser esforzados y pagar el precio. 

4. Hemos tratado de ser felices en nuestro matrimonio, he recibido consejería, terapia y al parecer nada funciona, parece que lo único que tenemos es buenas intenciones pero no somos el uno para el otro, agradecería su consejo.

Mi primera recomendación sería romper algunos esquemas en la mente. Es difícil resolver un problema si se viene con una seguridad de que sencillamente no son el uno para el otro. Les aconsejaría que recuerden porque decidieron casarse en primer lugar, muy seguramente ahí podrán redescubrir y reedificar su amor.

El matrimonio es un acto de fe y un milagro para todas las personas, pues es ver como Dios une dos personas que son totalmente diferentes, que vienen de contextos diferentes, y las levanta en un hogar sólido y estable. Y así como el Señor hace este milagro en miles de parejas, seguramente puede hacerlo en ustedes también. ¡Vale la pena luchar por el matrimonio!

Me gustaría terminar este blog motivándolo a que sin importar dónde esté, usted pueda elevar un clamor por su matrimonio. Recuerde que el matrimonio es una idea de Dios y que Él mismo es el primer interesado en traer restauración y fortalecer los hogares. Pero de su corazón debe nacer un deseo genuino, un clamor y un arrepentimiento que le ayuden a recibir la gracia de Dios para este tiempo.

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César Castellanos