“Era Abram de edad de noventa y nueve años, cuando le apareció Jehová y le dijo: Yo soy el Dios Todopoderoso; anda delante de mí y sé perfecto.” (Génesis 17:1)

Este es uno de los pasajes más impactantes de todo el libro de Génesis. Pues contiene la llave a la restauración de la mayoría de problemas que muchos creyentes enfrentan. Vivimos en una sociedad que se ha enfocado, especialmente, en atacar a los más jóvenes con una cantidad de problemas que muchos no saben cómo enfrentar.

Cada día es más cotidiano encontrar jóvenes que sufren de grandes problemas de autoestima, rechazo, y que por más que han escuchado la Palabra, ni siquiera logran entender de manera correcta su propia identidad. Y es precisamente por esto que muchos abandonan la fe o deciden apartarse de la iglesia. A todos ellos quiero decirles que Dios les ama como un Padre y que hoy quiere enseñarle a superar esas adversidades que no les han permitido estar firmes.

¿Cómo lograrlo? Volvamos un momento al libro de Génesis.

La palabra en el hebreo original que es traducida como “Todopoderoso” es la palabra “El Shaddai” y esta palabra viene de la palabra “Shad” que significa “pecho materno» y aquí está el poder de este versículo. A pesar de que Abraham tenía 99 años de edad, aún tenía un gran vacío en su corazón y era que no conocía a Dios como Padre y por esto en su corazón no podía recibir las promesas de Dios para conquistar su milagro.

Abraham tenía dinero, cierto reconocimiento o fama, una hermosa esposa, muchos siervos y ganado, pero nada de esto lo hacía sentir pleno. ¿Se siente identificado? Hoy en día los jóvenes buscan estas respuestas en la pornografía, en muchas relaciones sin sentido, en seguir causas que están de moda, o incluso refugiándose en videojuegos, redes sociales y demás, pero nada de esto trae plenitud.

Creo que el gran secreto de la vida cristiana es poder conocer a Dios como Padre, no como nuestro Padre terrenal, que tal vez nos abandonó, fue violento con nosotros o nos hizo sentir como que no valemos la pena. El Dios Padre es un Dios que todo lo suple, justo como el pecho de una madre con un bebé recién nacido. Es precisamente por eso que la palabra se traduce como “Todopoderoso” no se refiere necesariamente al Dios que puede mover montes, sino más bien al Dios que puede suplir todo en nuestras vidas. Si Abraham, que era conocido como el Padre de la fe, necesitaba este tipo de sanidad interior, cuanto más nosotros, y no es algo de lo que debamos avergonzarnos.

Para finalizar me gustaría dejarle algunos tips prácticos que de seguro le ayudarán a conocer a Dios como Padre.

  1. Arrepiéntase de sus pecados. Especialmente los jóvenes se han acostumbrado a justificar sus malas acciones. Si de verdad anhela ser restaurado, el primer paso siempre será un arrepentimiento genuino. En el fondo de nuestro corazón sabemos que a pesar de las circunstancias adversas, el pecado lo permitimos por nuestra propia voluntad. Recuerde que el arrepentimiento es cambiar de vida, dejar lo que no le agrada a Dios, más que las lágrimas o una emoción sin frutos.
  2. Enfóquese en la obra de la Cruz. El secreto para ser adoptados como hijos de Dios es entender plenamente la obra de la Cruz. Lo motivó a que pueda leer el evangelio de Juan, pues es el libro que presenta la obra de Jesús de forma más clara.
  3. Busque el consejo de un líder. No es fácil enfrentar estos problemas solos, y después de recibir la ministración de parte de Dios, siempre es bueno contar con alguien que pueda aconsejarnos y guiarnos. Desafortunadamente, el mundo nos bombardea con consejeros falsos, por lo que es bueno buscar a alguien de confianza y testimonio para que nos apoye.
  4. Ore usando las declaraciones de la Sangre de Jesús. Con el tiempo he aprendido que esta es la forma más efectiva de orar, si quieres aprender un poco más sobre cómo hacerlo por favor haga clic acá.

Querido joven, sé que si usted logra entender esto que estoy compartiendo, su vida será totalmente transformada y por favor entienda, Dios no anhela juzgarlo por sus dificultades, sino al contrario mostrarle un camino diferente, el camino de la Cruz de Cristo.

Que Dios lo bendiga abundantemente.