«Les dije, pues: Vosotros veis el mal en que estamos, que Jerusalén está desierta, y sus puertas consumidas por el fuego; venid, y edifiquemos el muro de Jerusalén, y no estemos más en oprobio» (Nehemías 2:17)
La historia de Nehemías siempre ha sido de gran inspiración, pues nos muestra la determinación de un hombre común y corriente, que dejó a un lado la indiferencia, y decidió trabajar por el bienestar de su ciudad y su comunidad. Una ciudad que tiene sus muros derribados es presa fácil del enemigo, y esto deja a las familias desprotegidas. Pero, por el contrario, una ciudad que tiene una iglesia activa y trabajando logra guardar a sus generaciones.
Cómo algunos sabrán, como iglesia estamos enfrentando un gran desafío y es la aprobación del referendo por la vida. Este referendo es una herramienta para que los niños que aún no han nacido puedan obtener derechos propios y así poder defenderlos del decreto de muerte que trae el aborto. Es exactamente lo mismo que hizo Nehemías, construir un muro de protección para el pueblo de Dios en una época donde parecía prácticamente imposible.
En estos días, durante mi tiempo devocional el Señor me inquietaba con este texto, porque estamos muy cerca de reunir las firmas que necesitamos para la aprobación de este referendo, pero sentí en el espíritu que debíamos ser aún más diligentes para poder conseguirlo.
La iglesia se ha movilizado por toda Colombia, de forma masiva, buscando el apoyo popular que se requiere, pero estamos en una carrera contra el tiempo para poder consolidar esta iniciativa. Sería la primera vez en la historia de latinoamérica, e incluso del mundo, que una propuesta de este tipo llegaría para otorgar derechos a los no nacidos.
Creo que no hay nada más fuerte que derribe los muros de una ciudad que tomar la vida de los más inocentes, y hemos sentido una gran guerra espiritual que está tratando de evitar esta conquista. Por eso es tiempo de dejar la indiferencia y seguir el llamado que Dios nos ha dado para este tiempo.
Me gustaría invitarlo, a que así como en los tiempos de Nehemias, usted se una a este trabajo desde el lugar donde se encuentra:
A los que viven en Colombia quisiera motivarlos a que nos apoyen, acá pueden encontrar más información de cómo pueden hacerlo, y a todos los que tal vez no tengan esta oportunidad me gustaría que se convirtieran en guerreros de oración y a que se levanten a interceder por Colombia y por sus generaciones.
Puede hacerlo de forma muy sencilla, únase al desafío de oración y por cinco días recibirá un correo electrónico con una guía para desatar el poder, la bendición y la protección de Dios a través de la oración.
¿Está preparado? El Reino de Dios lo necesita.
César Castellanos