Hace poco menos de un mes tuvimos la oportunidad de disfrutar de la presencia de Dios durante nuestra Convención Internacional Somos Luz 2023. Experimentamos un mover poderoso del Espíritu Santo y pudimos adorar al Señor junto a más de 12 mil personas de todo el mundo. Sin embargo, lo más impactante fue ese llamado que muchos asistentes recibieron para ser luz en su nación o ciudad. Sé que a muchas personas les cuesta entender cómo pueden ser luz en el ministerio, y por eso en este blog me gustaría compartir algunos consejos sencillos que le ayudarán a cumplir el propósito del Señor en este año.
1. Debemos tener una visión clara
“Mi pueblo fue destruido, porque le faltó conocimiento (visión)…” (Óseas 4:6 énfasis personal).
Estas son palabras del sabio autor y, en verdad, todos necesitamos tener una visión, porque la visión nos da dirección, nos motiva, nos lleva a trabajar con estrategias, a tener metas, etc. Al observar cómo Dios tomó el tiempo necesario para, con Su sabiduría y la pericia de Sus manos, concretar Su obra maestra, esto es, la creación del hombre, podemos ver que, sin dudas, el Señor tuvo una visión.
“Entonces Jehová Dios formó al hombre del polvo de la tierra, y sopló en su nariz aliento de vida, y fue el hombre un ser viviente” (Génesis 2:7).
Antes de que el Señor me llamara a fundar la Misión Carismática Internacional tuve la oportunidad de recorrer calles a diario predicando el evangelio y viendo el respaldo de Dios con señales y grandes milagros; cualquier persona pensaría que estaba viviendo el sueño de Dios, pero faltaba algo: visión. Aunque le predicaba a muchas personas, estas no perseveraban y así como venía al Señor, se iban, sin importar cuánto invirtiera en ellas.
Pasaron muchos años antes de que el mismo Espíritu Santo corriera un velo en mi vida y me revelará la Visión del G12, que es la estrategía que el Señor nos ha dado para poder cumplir con éxito la gran comisión. Cuando empecé a implementar la Visión, pude consolidar el fruto y solamente se cumplió la Palabra que Dios me había dado diciendo: “Sueña con una iglesia grande porque los sueños son el lenguaje de mi espíritu y la iglesia que tu pastorearas será tan grande que de multitudes no se podrá contar.”
¿Cuando hace el ministerio, trabaja usted con la Visión clara, o lo hace sin una estrategía? A través de los años he podido ver que solamente quienes han implementado la Visión de manera fiel son los que dan fruto y ese fruto permanece hasta hoy.
2. Luché en una noche de oración.
Jacob, el patriarca, llegó al punto donde no quiso conformarse con ser ese líder esclavo y propenso a las maldiciones; sabía que su hermano venía a encontrarlo y esto significaba un firme decreto de muerte. Quiso tener una noche de intimidad con Dios. Una noche de oración pero no de cualquier oración. Quizás usted ha tenido noches de oración, pero nada pasó. Tal vez ha dicho: “Señor, bendíceme, ayúdame, guíame…” y nada sucedió. Parece que Él no estaba a su lado y sus palabras pegan en el aire. La oración de Jacob fue diferente, pues sabía que algo debía ocurrir esa misma noche; por esto, con determinación buscó el rostro de Dios. .
Buscando de Él, en su gran soledad, se le apareció un varón y Jacob discernió que era el ángel de Dios o el mismo Dios manifestado en hombre; fue cuando luchó con él y le dijo:
“…No te dejaré, hasta que no me bendigas” (Génesis 32:26). Esto significa que permaneció toda la noche en oración.
El ministerio no se puede hacer en nuestras fuerzas, todo lo que queremos ver en el plano natural debemos conquistarlo primero en oración.
3. Prepárese
“Procura con diligencia presentarte a Dios aprobado, como obrero que no tiene de qué avergonzarse, que usa bien la palabra de verdad” (2 de Timoteo 2:15)
En el nuevo testamento, el apóstol Pablo es el mayor ejemplo de cómo edificar un ministerio sólido, y podemos ver en este pasaje el consejo que deja para Timoteo, su hijo espiritual; le recuerda que debe presentarse a Dios de tal manera que sea aprobado y que debe usar bien las herramientas que el Señor le ha dado; es decir, la palabra de verdad.
Si usted quiere ser un gran líder, también debe prepararse para ser aprobado. Déjeme preguntarle algo: ¿qué tanto tiempo invierte en la lectura de la Palabra y la oración? ¿Qué tanto se involucra en el trabajo ministerial? ¿Conoce las diferentes estrategías de la Visión?
Estudie, capacítese y ponga en práctica estos principios y estoy seguro que podrá dar mucho fruto para el Señor.
¡Este es su momento de ser luz!