“Porque cual es su pensamiento en su corazón, tal es él”. (Proverbios 23:7)

Creo que para nadie es un secreto que estamos enfrentando momentos difíciles. La pandemia trajo consecuencias a nivel de salud, financiero, social, pero también muchas pruebas a nivel emocional. 

Perder a seres queridos, enfrentar el encierro y  no saber enfrentar las deudas han traído nuevas cargas que muchas veces no sabemos solucionar. 

Si usted ha sentido que sus emociones o pensamientos los agobian, no se preocupe, en la Palabra del Señor hay medicina y restauración que le ayudarán a retomar el control de su vida.  

¿Sabía usted que en la mente es donde el hombre libra la batalla más fuerte? Esto sucede porque nuestros pensamientos muchas veces terminan convertidos en acciones, así que el enemigo trata de sembrar su veneno con pensamientos incorrectos que nos aparten de Dios. Los dardos favoritos del enemigo son los pensamientos de fracaso, de tristeza, de opresión, de impotencia y de temor. 

Cómo identificar los pensamientos

Los pensamientos que vienen del Espíritu Santo son totalmente opuestos a los que vienen del enemigo, a continuación, me gustaría compartirle unos lineamientos para que usted aprenda a identificarlos. 

ESPÍRITU SANTO

ENEMIGO

Son puros

Intimidan

Están de acuerdo con la Palabra de Dios

No están de acuerdo con los principios de la Palabra

Nunca motivan a hacer algo incorrecto (mentir, defraudar, herir)

Siempre llevan a la mentira o el engaño

Motivan

Quitan el ánimo

Edifican

Acusan

Consuelan

Presentan el peor escenario posible

Dan paz

Mortifican

¿Cómo deben ser nuestros pensamientos? 

“No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta. Digo, pues, por la gracia que me es dada, a cada cual que está entre vosotros, que no tenga más alto concepto de sí que el que debe tener, sino que piense de sí con cordura, conforme a la medida de fe que Dios repartió a cada uno”. (Romanos 12:2-3)

Este versículo de Romanos nos da consejos específicos que podemos poner en práctica para guardar nuestros pensamientos

1.    No debemos conformar nuestros pensamientos a este siglo: Esto nos habla de adoptar modas, ideologías y pensamientos contrarios a la Palabra de Dios. 

2. Debemos transformar nuestros pensamientos por medio de la renovación de nuestro entendimiento: Esta frase es más sencilla de lo que parece y nos habla de permitir que la Palabra de Dios cambie y renueve nuestra manera de pensar. 

3.    No tener un más alto concepto de nosotros mismos, ni más bajo: Esto nos habla de pensar de nosotros ni con orgullo ni con menosprecio. 

4.    Pensar con cordura: Esto nos habla de tener equilibrio y balance, no exagere las cosas buenas que le pasan, pero tampoco dramatice las que no sean tan positivas, eso es la cordura. 

¿Cuántos pensamientos vienen a su mente en un solo día? ¿Serán miles o incluso cientos de miles? Me gustaría dejarle un desafío y es que separe un tiempo cualquier día y trate de identificar la cantidad de cosas que vienen a su mente en tan solo 10 minutos. 

Al hacerlo usted podrá notar que los pensamientos son totalmente variados, desde conceptos, ideas hasta preocupaciones, recuerdos, noticias, deudas, etc. Tal vez usted nunca ha pensado en controlar sus pensamientos porque esto le parece algo normal, pero me gustaría dejarle un verso de la Biblia que nos orienta hacia lo que deberíamos pensar en cada momento: 

“Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad”.(Filipenses 4:8)

Recuerde además que el Apóstol Pablo específicamente menciona que la mejor manera de sujetar nuestros pensamientos a través de la verdad y la verdad es todo lo que enseña la Palabra de Dios.

¡El secreto de sus pensamientos y emociones está en llenar su vida de la Palabra de Dios! Desafíese a hacerlo y verá como en cuestión de días su vida será otra.