Creo que una de las más grandes bendiciones que el Señor me ha dado es estar rodeado de mujeres, he sido testigo de primera mano de la forma tremenda en la que Dios las puede usar y de la gracia y la sensibilidad que tienen para las cosas espirituales. 

Mi esposa Emma Claudia tiene la doble unción de los dos olivos: unción ministerial y unción para gobernar. Mi hija mayor, Johanna es una tremenda comunicadora y una pastora de naciones. Mi hija Lorena tiene el llamado a la adoración y ha sido capaz de levantar un ministerio de Salmistas junto a Generación 12. Mi tercera hija, Manuela, es una maestra de la Palabra y Dios la ha levantado para ser una reformadora a nivel educativo. Y mi hija menor, Sara, es una poderosa evangelista y sigue las pisadas de su madre en la política.

Además, la MCI a nivel mundial cuenta con pastoras, intercesoras, salmistas y mujeres que brillan y se destacan en las diferentes esferas de la sociedad.

Cada generación tiene un sello especial y creo que vivimos en el tiempo de la mujer, como nunca antes se han abierto espacios y posibilidades para que la mujer se destaque en casi todos los aspectos de la sociedad y la misma Palabra de Dios nos enseña que la mujer está llena de virtudes que son necesarias para la sociedad y para que la obra del Señor avance. 

Por eso, me gustaría compartir algunos consejos, no solo para las mujeres, sino también para algunos hombres, para que entiendan apoyen a sus esposas e hijas y las ayuden a brillar. 

1. Hombres- escuchen a sus esposas

“El corazón de su marido está en ella confiado, y no carecerá de ganancias” (Proverbios 31:11) 

En la historia de la Creación encontramos que el Dios Todopoderoso define a la mujer como “la ayuda idónea” o “perfecta”. Creo que algunos hombres tienen problemas entendiendo esto, pero muchas veces Dios habla a los maridos a través de sus esposas, ellas siempre tienen un consejo sabio y una sensibilidad espiritual que es fundamental para poder levantar una familia sacerdotal, pero también para tomar decisiones correctas. Este proverbio lo enseña, que nuestro corazón esté confiado en todo lo que ellas dicen y hacen por nosotros. 

2. Mujeres edifiquen sus hogares

“La mujer sabia edifica su casa; Mas la necia con sus manos la derriba” (Proverbios 14: 1)

Creo que una de las mayores responsabilidades de las mujeres es edificar su hogar, hay una unción especial en la mujer que le permite generar una atmósfera única en su hogar, pero también influir y formar en sus hijos. Muchas mujeres no lo entienden, lo que hay en su corazón es lo que van a transmitir en el hogar. Sé que muchas veces hay dificultades, pero la oración, el servicio y el amor de una mujer pueden transformar y proteger cualquier familia. 

3. No tengan temor, brillen con sus dones

“En el amor no hay temor, sino que el perfecto amor echa fuera el temor; porque el temor lleva en sí castigo. De donde el que teme, no ha sido perfeccionado en el amor.” (1 Juan 4:18) 

Uno de los enemigos más grandes que enfrenta la mujer es el temor, pero aquellas que se aferran a Cristo y que han sido perfeccionadas en el amor pueden ser libres y brillar.  La Biblia está llena de mujeres que hicieron la diferencia: Débora, Sara, Ana, Eunice, Loaida, Abigail, etc.

Sé en mi corazón que ahora es el turno de cada una de ustedes, de que se levanten e impacten este mundo con el evangelio de Jesucristo.

Que Dios las bendiga y les use grandemente.